Producción de porotos
Con la tecnología adecuada, todo resulta más fácil
La producción nacional de porotos se encuentra concentrada en la provincia de Salta. Allí, Salvador Muñoz logró revolucionar su sistema de producción del cultivo, pasando del laboreo intensivo del suelo y la recolección manual a la labranza cero y la trilla directa. Una cosechadora CLAAS dio el puntapié inicial al cambio.
Miles de productores argentinos basan su negocio en la unión exitosa de una firme voluntad emprendedora y modernizadora con una fuerte tradición familiar heredada. Es el caso de Salvador Muñoz, titular de Hijos de Muñoz SRL, productor salteño de granos y hortalizas que siguió los pasos de su padre y de su abuelo. Actualmente, sus productos se encuentran en las góndolas de las principales cadenas de supermercados a nivel nacional, a través de su marca Salvita.
Uno de los puntales de la empresa son los porotos, que Muñoz produce en unas 15 mil hectáreas, procesa en una planta propia y exporta a diferentes países del mundo.
La evolución de las técnicas y tecnologías fue lo que facilitó una transformación tan importante, un desafío que Muñoz vivió en carne propia. “Durante un tiempo, junto a otros productores, evaluamos la posibilidad de hacer trilla directa del poroto, lo que nos permitiría llegar a la labranza cero. El objetivo era evitar la gran cantidad de laboreo y la enorme carga de trabajo que acarreaba, porque había que trabajar el suelo con un carpidor tras la siembra, y la recolección manual requería de 300 personas cada mil hectáreas”.
“Hacia el año 2000 comenzamos a probar la trilla directa del poroto con las máquinas que había en el mercado, pero nos sentimos un poco frustrados, porque esos equipos no servían para este cultivo, y provocaban muchas pérdidas”, relata.
“Con el tiempo, hubo una evolución de las plataformas de las cosechadoras. En 2005 probé por primera vez la CLAAS 600 en unos lotes de porotos que no habíamos podido trillar. La máquina venía con una plataforma grande, y al momento de probarla descubrimos que teníamos muchas menos pérdidas que en otros lotes”, recuerda. “Hoy tenemos nuestro corazoncito puesto en CLAAS, porque fue esa máquina la que nos permitió encontrar el camino que buscábamos hace tiempo”, añade el productor.
Actualmente, Muñoz trabaja la totalidad de las hectáreas con labranza cero y trilla directa. A la hora de sembrar, elige lotes que presenten pastos tempranos y los selecciona mediante barbecho químico.
Cultivo salteño
El poroto, por sus características agronómicas, ha elegido históricamente a la provincia de Salta para crecer y desarrollarse en nuestro país. Según Muñoz, de las 250 mil hectáreas que se producen actualmente a nivel nacional, los campos salteños concentran el 70% de los cultivos. El resto se lo reparten Tucumán, Santiago del Estero y Jujuy. Los lotes para el poroto son seleccionados muy cuidadosamente, por su alta sensibilidad a las lluvias y a la temperatura.
“Nosotros, que también hacemos soja, tenemos campos netamente poroteros y otros netamente sojeros, porque la abundancia de lluvias favorece a la soja, pero no así al poroto. Es un cultivo al que le gusta el agua en forma muy moderada, no más de lo estrictamente necesario”, explica Muñoz.
En Salta se producen unas 8 variedades distintas del cultivo, con una fuerte predominancia del poroto blanco, seguido de cerca por el negro. “Hay años en los que el poroto negro se pone a la par del blanco y eso ocurre básicamente por la demanda de Brasil. En esas ocasiones, Tucumán y Santiago del Estero aumentan su producción, porque son provincias que se dedican a hacer esa variedad”.
Según el productor, cada tipo de poroto tiene su demanda en el mundo, correspondiendo el abanico más grande de clientes a la variedad blanca. El mercado –destaca Muñoz– viene diversificándose en los últimos años: “Mientras que hace una década los principales clientes eran europeos, con un 60% de la demanda, hoy representan el 40%, porque se comenzó a consumir mucho más en Argelia, Turquía y países árabes”.
Alta tecnología
Por su alta sensibilidad a las lluvias y la temperatura, los rendimientos del poroto suelen ser muy variables. Según Muñoz, el promedio se encuentra en alrededor de 1300 kg/ha. Con un precio a campo de entre 700 y 800 dólares la tonelada, y un costo de producción que ronda actualmente entre los 700 y 750 dólares la hectárea en campo alquilado, haciendo labranza cero y trilla directa.
Lo que difiere en gran medida, y presenta mayores dificultades en el caso del poroto es la comercialización: “La soja normalmente no lleva ningún valor agregado: así como se la cosecha, se la carga en un camión y se la manda al puerto. En el caso del poroto, hay que exportarlo, y para eso hay que procesarlo en plantas especiales. El grano debe estar impecable, debe ser seleccionado por color y puesto en bolsas de 50 kg”.
Todo ese proceso requiere de mucha tecnología. “Nosotros tenemos una planta, que procesa unas 4 mil toneladas mensuales, con mucho movimiento a granel, y que es manejada por un equipo de 20 personas”, cuenta Muñoz.
Para el trabajo en el campo, la empresa cuenta con cosechadoras CLAAS, pero no posee la suficiente capacidad para cosechar todo lo que producen. “Por eso trabajamos también con contratistas, y en esas ocasiones, salimos a buscar a aquellos que tienen CLAAS. Si podemos hacer todo con CLAAS, mucho mejor”, concluye el productor salteño.
El poroto rinde alrededor de 1500 kg/ha. Tiene un precio final de 1300 dólares por tonelada –por el producto ya procesado–, y un costo de producción que ronda actualmente los 700 dólares en campo alquilado.