Tambo Líder
Un programa pensado para asistir a los que van en punta
Los tambos más grandes y con elevados niveles de productividad por vaca tienen su punto de encuentro en Tambo Líder, una iniciativa de CLAAS, Forratec, y la marca CHR Hansen a través de su distribuidor Villa Nueva. La propuesta invita a seguir incrementando la eficiencia productiva con tecnologías a la medida de cada establecimiento.
Tambo Líder es una iniciativa de CLAAS, Forratec y Villa Nueva, distribuidora de la marca CHR Hansen. Nació para dar respuestas a los tambos de mayor tamaño y con altos niveles productivos. El concepto que guió su puesta en marcha fue el de generar un espacio de intercambio de experiencias para aquellos establecimientos lecheros que ya alcanzaron un determinado nivel tecnológico y que por lo tanto requieren de herramientas muy específicas para continuar creciendo productivamente. Su primera edición se realizó en Rosario en octubre de 2013 y en noviembre de 2014 se formalizó un nuevo encuentro en Villa María, Córdoba, pero se trata de un trabajo de todo el año.
Uno de los aspectos diferenciales de Tambo Líder es que realiza relevamientos pormenorizados de algunos establecimientos que luego sirven de ejemplo y a partir de los cuales se construyen debates técnicos con los especialistas y se diseñan soluciones a medida. “La clave es dar respuestas puntuales a las problemáticas específicas de este tipo de tambos. Esa dinámica es la que ha despertado gran interés entre los participantes, que representan a alrededor de 15 establecimientos”, explicó Sebastián Gigena, de la firma Villa Nueva, una de las tres firmas que en forma complementaria aportan su know how al programa.
Una de las actividades realizadas durante el último ciclo consistió en un seguimiento de maíces destinados a silajes en tres establecimientos lecheros, dos de la provincia de Córdoba y uno en la provincia de Buenos Aires. De esta manera, se evaluaron todos los aspectos durante la siembra, realizadas a fines de 2013, y durante la marcha de los cultivos, pasando luego por el picado y confección del silaje, hasta el suministro a las vacas. Esa es la dinámica con que se lleva a cabo la trazabilidad de los forrajes, una de las herramientas para que los productores tomen decisiones en función de mediciones concretas.
La última jornada de encuentro de capacitación y recorrida a campo se realizó en el mes de noviembre pasado en la localidad de Villa María, Córdoba. Hacia allí se trasladaron todos los participantes del programa junto al especialista convocado para guiar el debate, el chileno Arturo Scheidegger.
“Queremos ordeñar 42 litros y tenemos la cabeza para 28”, les dijo el asesor chileno a los productores lecheros venidos de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, que en general ordeñan más de mil vacas y no bajan de 30 litros por animal. “Scheidehher dio consejos muy prácticos. Hay que tener en cuenta que a veces en la dinámica de los establecimientos el árbol les tapa el bosque”, analizó Gigena.
Para el encuentro de 2015, la propuesta es repetir la experiencia pero trabajando con la producción, aprovechamiento y conservación de la alfalfa. A partir de estos protocolos de trazabilidad, el objetivo es analizar de modo integral la cadena de producción de forrajes y, fundamentalmente, detectar las desviaciones que disminuyen la eficiencia productiva de los establecimientos lecheros.