CLAAS amplió su cuarta mayor planta del mundo, Rusia
Una apuesta a la modernización de la agricultura rusa
Con la mirada puesta en las auspiciosas perspectivas de la producción agrícola de Rusia, CLAAS invirtió más de 120 millones de euros en la ampliación de su planta en el sur de ese país. Desde allí producirá más de 2.500 cosechadoras y tractores por año.
La ampliación de la planta de CLAAS en Krasnodar, Rusia, la convierte en una de las cuatro más grandes de las once que posee la empresa distribuidas por el mundo. Con una inversión de 120 millones de euros se logró incrementar nueve veces la capacidad de producción de la fábrica de esa localidad. Las modernas instalaciones rusas permitirán producir 2.500 cosechadoras y tractores por año.
“En sólo 27 meses desarrollamos en Krasnodar la más moderna planta de fabricación de maquinaria agrícola de origen europeo. En nuestro sector no hay otra empresa que invierta en esta escala en la economía rusa y lleve a ese país tecnologías tan avanzadas de fabricación”, explicó Lothar Kriszun. El portavoz de la Junta Ejecutiva del grupo CLAAS agregó que “la agricultura rusa tiene excelentes perspectivas para el futuro”. Ese marco auspicia el incremento de la demanda rusa de modernas tecnologías que contribuyan a incrementar la eficiencia de producción. Actualmente, en Rusia sólo se cultivan 72 millones de hectáreas, de los 122 millones que tienen aptitud agrícola.
La nueva planta de Krasnodar emplea a una gran cantidad de operarios de distintas regiones de Rusia, incluso algunos que se han trasladado desde localidades distantes a más de 2.000 kilómetros. De esta forma, CLAAS generó una demanda de profesionales y técnicos que antes no eran requeridos en esa región del sur de Rusia. Por ejemplo, necesitó incorporar personal capacitado para asistir a máquinas tan sofisticadas como las cortadoras de metal con rayos láser controladas por programas de computación o los sistemas automatizados de pintura. De esta forma, CLAAS traslada a Rusia el mismo nivel tecnológico que mantiene en su planta madre de Harsewinkel, Alemania.
La apuesta de CLAAS encierra el deseo de la empresa de ser reconocida como una auténtica fábrica rusa y se realiza en un período caracterizado por los desafíos políticos y económicos de ese país, que incluyen tipos de cambio volátiles y dificultades para el financiamiento local.
«Como empresa familiar pensamos a largo plazo, de la misma forma que lo hacen nuestros 17 socios de servicios rusos, que desean invertir en los próximos tres años alrededor de 40 millones de euros en la red de distribución», dijo Kriszun.
CLAAS lleva más de dos décadas invirtiendo en el mercado ruso. Desembarcó en ese país en 1992 con equipos usados y desde entonces comenzó a trabajar en la formación de equipos técnicos que ofrezcan un elevado nivel de servicios. Luego, en 2005, con una inversión de alrededor de 20 millones de euros, CLAAS se constituyó en la primera compañía extranjera de tecnología que inició su propia producción en Rusia.