Del 9 al 12 de mayo, en San Francisco, Córdoba, CLAAS volvió a ponerse codo a codo con los productores tamberos participando como la picadora oficial de Mercoláctea 2012.

Hace 12 años consecutivos que la firma alemana líder en maquinaria agrícola ratifica su compromiso con la actividad lechera argentina, haciendo foco en la producción forrajera. La última edición de Mercoláctea fue una nueva demostración sobre el camino que debe seguir la lechería que todos queremos. La intensificación, las tecnologías y las formas de trabajar en los tambos evolucionan dando lugar a nuevos desafíos. En la Argentina se manejan cifras promedio de seis mil litros por hectárea, pero hay explotaciones que están muy por debajo de ese número y otras que lo triplican.

«Siempre hay cosas para mejorar y cuando el negocio se hace más complejo la realidad es que se necesita y se requiere una mirada más autocrítica. Este negocio es mucho más complejo de lo que era en el pasado», expresó Alejandro Sammartino, uno de los organizadores de la muestra.

La respuesta forrajera

En su stand, CLAAS exhibió su modelo de picadora Jaguar 940 acompañada de un cabezal Orbis 600 y el modelo Jaguar 960 con el cabezal Orbis 750.

Por su gran capacidad de trabajo, ahorro de energía y adaptación a todas las condiciones de cosecha, la JAGUAR en sus modelos 930-980 se ha convertido en una de las picadoras más eficientes disponibles en el mercado. Cuenta con cuchillas especialmente diseñadas para evitar los cambios entre pasturas y maíz, y logra una eficiencia superior en el procesamiento de granos de todo tipo a partir de sistemas de crackers innovadores, con diseño de rolos y velocidades diferenciales, permitiendo el aprovechamiento de la digestibilidad de los granos en la dieta animal. Además, todos los modelos de la serie pueden incorporar aditivos para silaje.

Por su parte, el cabezal de maíz ORBIS asegura un trayecto limpio y cuidadoso de la planta, a la vez que optimiza la calidad del picado. El modelo Orbis 600 ofrece un ancho de corte de 6 metros, en tanto el modelo 750 de 7.50 metros; transporte longitudinal de las plantas a la alimentación, lo que asegura una excelente calidad de picado; una construcción compacta, de maniobrabilidad superior y control preciso; accionamiento suave, que reduce el esfuerzo para el arranque; fácil acceso; óptima adaptabilidad al suelo, reduciendo el desgaste e incrementando la calidad del forraje; y unidades laterales plegables, para la circulación por carretera.